La Quebrada de Humahuaca se encuentra en la provincia de Jujuy. Es un paisaje que concentra cerros multicolores únicos. Se pueden encontrar fortalezas indígenas, cavernas prehistóricas, arquitectura y huellas que revelan y fue testigo de la evolución humana a través de milenios.
La Quebrada de Humahuaca comienza a 39 kilómetros de San Salvador de Jujuy, por la ruta 9, y abarca unos 170 kilómetros de valles y montañas dispuestas de sur a norte.
Se presenta con distintas tonalidades de acuerdo con los minerales que las conforman y se encuentra entre los 2000 y 4000 metros de altura sobre el nivel del mar. Además tiene una franja de 13 kilómetros de ancho regada, en tiempos de deshielo, por el Río Grande.
La Quebrada de Humahuaca se presenta como un estrecho valle abierto en el corazón de las montañas de su nombre, por el corre cual hilo de plata el Rio Grande de Jujuy. Se extiende desde ojo de agua, hasta cerca de la ciudad de Jujuy (Volcán), con una longitud de aproximadamente 170km y un ancho variable que en algunos recodos alcanza a 2 o 3 km, mientras que en otros lugares solo llega a 30 o 40 metros, por lo que el río en época de creciente ruge y batalla para seguir su curso por estos angostos acantilados.
El clima es tropical en el sur, con veranos calurosos; templados con fuertes vientos en el centro de la quebrada y frio más allá de Iturbe. Las variaciones de temperatura corresponden a un clima continental y la estación lluviosa es el verano, cayendo el máximo de precipitaciones en el sur de Volcán.
Esta diferencia de clima, causada por las distintas alturas sobre el nivel del mar, da lugar a una gran variedad de paisajes, Saliendo de Jujuy con rumbo al norte la Quebrada se presenta en toda su amplitud; las montañas no son muy elevadas y sus pendientes suaves están cubiertas de verde follaje hasta sus cumbres. Luego, las sierras van estrechandose, la pendiente se hace más áspera, la vegetación disminuye y aparecen los cardones, primero como atalayas aislados, luego como batallones de soldados rígidos.
Al final de la jornada, la Quebrada de Humahuaca se torna, triste, la vegetación tiende a desaparecer y hasta los cardones disminuyen como sabiendo que esos altos lugares ya no necesitan guardianes. Pasando Tres Cruces es ya la puna con su típico paisaje, monótono y sin vida, del cual se desprende un halo de grandiosidad y desolación que apoca el ánimo más esforzado.